
Día 3: Caminatas bajo la lluvia, máquinas que sonríen y una foto para siempre
Me desperté más tarde esa mañana. Por primera vez, sentí que mi cuerpo me daba tregua. El cansancio de los días anteriores seguía ahí, pero algo había cambiado: estaba más presente, más en mí. Me levanté con calma, me duché y, mientras me alistaba, preparé un té. No era un